Aquí se le representa sentado, dirigiéndose a Zacarías a su derecha. La apertura de su mano extendida muestra la sorpresa y el asombro de su visión. Está explicando todo lo que vio. La apariencia de un hombre sentado en un trono sostenido por cuatro criaturas, cada una con cuatro rostros diferentes. Un rostro de ser humano, y al lado derecho el rostro de un león, ya la izquierda un buey; cada uno también tenía la cara de un águila. Cuando lo vio, se dice que cayó boca abajo y escuchó la palabra de Dios.
Su mensaje de Dios fue uno que predijo la caída violenta tanto de Jerusalén como de Judá. Por lo tanto, Ezequiel está advirtiendo a los exiliados acerca de la destrucción venidera y está dejando claro que sucederá como castigo por su idolatría y comportamiento desagradable. Más tarde, el hombre se utilizó como símbolo de Mateo, el león de Marcos, el buey de Lucas y el águila de Juan, los escritores de los evangelios.
El estilo de pintura Fresco utilizado es la aplicación de pigmentos a base de agua sobre yeso recién aplicado, más comúnmente sobre superficies de paredes o techos. Cada color se crea moliendo pigmentos en polvo seco con agua y pintándolos sobre el yeso seco. Esto asegura que la imagen pintada se convierta en una parte permanente de la pared o el techo. Buon es la técnica de fresco más duradera que consiste en un proceso que incluye tres capas sucesivas de yeso especialmente preparado, arena y, en ocasiones, polvo de mármol aplicado a la pared o al techo. A continuación, se aplica la pintura y se deja endurecer.
El artista habría hecho previamente una copia a escala real del dibujo terminado originalmente. En este caso Ezequiel. Luego copia el dibujo preparatorio en la pared a partir de un calco hecho de la imagen finalmente terminada. A continuación, la fina capa de yeso (intonaco) se coloca sobre la pared o el techo, pero lo más importante es que solo se puede pintar en una sola sesión. Finalmente, el trazado se sostiene hasta la pared sobre la capa final fresca y se alinea cuidadosamente con todas las partes adyacentes de la pared o techo pintado y su contorno y líneas interiores se trazan sobre el yeso fresco.
El Intonaco mantendrá su humedad durante muchas horas, lo que permitirá que el artista no tenga que trabajar a una velocidad antinatural. Y al secarse, los colores se absorben en la superficie a medida que la pared o el techo se secan y se fijan. Este proceso dota a los colores de una gran estabilidad y durabilidad para poder hacer frente al proceso de envejecimiento.
Un aspecto interesante de este tipo de pintura es que el artista, aunque debe pintar mientras el yeso, está húmedo antes de que se seque. El artista no puede corregir errores simplemente pintando de más. Esto se tiene que hacer después con una capa fresca de yeso llamado secco, donde se aplica la pintura después de mezclarla con el yeso.